Durante mi tiempo en Israel
tuve la oportunidad de trabajar en una Start Up diferente.
The Cannigma es una revista digital que toma un enfoque científico frente a
todos los asuntos relacionados al cannabis.
Con más de 1000 publicaciones de artículos, podcasts e infográficas,
mi principal tarea fue migrar el contenido al idioma español.

Pude traducir.
¿Artículos del inglés al español? Claro.
En el 2021 me tocó poner en práctica mis conocimientos de inglés,
y convertirme en el traductor que nunca creí que iba a ser.
Traducir más de 50 artículos me enseñó la importancia de la buena gramática,
y que no todo se traduce palabra por palabra.
Viéndolo en retrospectiva, mi trabajo estaba lejos de la perfección;
esto me hace valorar cada mínima mejora.
Pude conocer la web.
Metatítulos, metadescripciones, palabras clave y todo lo relacionado al SEO.
Descubrir cómo funciona el back end de un sitio web debe haber sido de los aprendizajes más valiosos que me llevo de The Cannigma.
Trabajar directamente con el Gerente de Operaciones y la encargada del crecimiento orgánico me hizo entender la competitividad que rodea a los buscadores de Google.
La estética y las palabras fueron cruciales a la hora de lanzar éxitosamente el portal de Cannigma en español, que rápidamente superó en tráfico a los otros dos idiomas alternativos.
Pude escribir.
Al final me tocó hacer lo que llevaba la empresa hacia adelante.
Una vez lanzamos canngima.com/es, la CEO decidió confiar en mí una vez más,
y me invitó a llevarme la camiseta de la marca a Uruguay.
Esto significó que me volvería un frelancer remoto, encargado de hacer crecer la plataforma dentro de los mercados hispanoablantes, eventualmente tercerizando los roles de traductor.
Como editor general, era cuestión de tiempo para que agarrara la lapicera yo mismo. Bueno, agarré el teclado en realidad.
Lamentablemente solo publiqué un artículo antes de que mi tiempo en The Cannigma terminara, pero el proceso creativo de armar este primer texto cambiaría mi vida para siempre.