Freestyle
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Casi siempre que me pongo a escribir es porque tengo algo de lo que hablar.
Hoy no es así, hoy vengo en modo freestyle.
Es más, ahora mismo debería estar dando un control sobre el capítulo de un libro que no leí.
Pero puedo hacer lo que quiera.
¿Cuáles son las chances de que esta hora de clase impacte en mi resultado final?
Hemos tenido tantas lecciones, y nos seguimos preguntando para qué sirvieron.
Me acuerdo que lloré después de la segunda vez que perdí el exámen de Matemática 3 en sexto de liceo; no me enorgullece para nada pero es lo que pasó.
Ahora que esos tiempos son distantes, el llanto resulta inútil.
El hecho de que lloré terminó siendo mucho más memorable que la fórmula teórica para la ecuación de la gráfica de no sé qué.
Y así nos trata esta vida, hacemos las cosas sin un por qué y caminamos sin saber a dónde.
“La realidad no existe, y si existe no importa. Lo único que importa es la perspectiva.” dice siempre el profesor de la materia a la que estoy faltando ahora mismo.
Yo me pregunto, ¿de qué me sirve un recuerdo sí no juega un rol en mi futuro?
A veces pienso en el Anglo, en cómo pasaba 8 horas por día con los amigos que la vida me eligió.
A veces pienso en el PUC, en cómo pasaba 6 horas por día buscando la aprobación de gente que hoy para mí no es nada.
A veces pienso en Starbucks, en cómo pasaba 6 horas por día pensando que me movía por la plata, cuando en realidad trabajaba por el crecimiento.
A veces pienso en Israel, en cómo pasé 150 días en la otra punta del mundo, conociéndome a mí mismo sin tener idea de lo que valía.
Cuesta creer lo corto que es el camino
Y lo delicado que es el barco que nos toca navegar.
Ignoramos el poder que tenemos como capitán;
Ese que canalizamos con un fuerte respiro.
En lugar de aprovechar el viento que nos mueve,
Nos perdemos anticipando el golpe de la ola.
Nunca antes creí en Dios, pero ahora entiendo el concepto.
No nos limitan nuestras perspectivas del pasado,
Ni nos definen los deseos para el futuro.
Nos moldean las acciones que le regalamos al mundo.
Aunque no exista el fanático de lo incierto
Y se lo tache de loco a quien se entrega al dolor,
Miles de nosotros han confiado ciegamente,
Temiendo las repercusiones de actuar en mala fé.
En un mundo de placeres, todos somos pecadores;
La pregunta es: ¿a qué destino pretendés llegar?
Espero que sepas lo que hay que hacer.
Saludos, nos vimo en clase.
